La semana pasada hablamos de cómo relacionar las sombras con los movimientos aparentes del sol a lo largo del día y a lo largo del año. Podéis leer la entrada aquí.
Todo lo que os mostramos en esa entrada se basa en la observación a simple vista. Es algo que cualquier ser humano puede observar mirando el cielo desde cualquier punto del planeta (aunque lo que vea será diferente en cada latitud). Esto es lo que percibían y estudiaban también los hombres de la Antigüedad.
A nosotras la observación y el estudio de los movimientos aparentes del sol en el cielo a lo largo de los meses nos parece un contenido muy importante y adecuado que debería ser impartido en Educación Primaria. En primer lugar porque se trata de unos procesos y de unos fenómenos que forman parte de nuestro entorno y que determinan en gran medida nuestra vida y nuestro bienestar. Además, la observación del ciclo solar nos ofrece información útil e imprescindible sobre el mundo en que vivimos. Nos sirve, entre otras cosas, para situarnos y orientarnos en el espacio y en el tiempo.
Hemos querido averiguar si este contenido está presente en el currículo de Educación Primaria y nos hemos encontrado variaciones muy significativas entre las diferentes comunidades autónomas.
En el Real Decreto 126/2014 el Ministerio de Educación establece los contenidos básicos de la etapa de Educación Primaria. Los contenidos relacionados con los movimientos de la Tierra se ubican en la asignatura de Ciencias Sociales. En este decreto de currículo se establecen los contenidos que deben impartirse de manera general pero no se establece una secuenciación de los mismos, es decir, no se indica de qué manera hay que ordenarlos temporalmente sino que se deja a las Autonomías la organización que se considere más adecuada a lo largo de los seis cursos de Primaria.
Los contenidos relativos a los movimientos terrestres establecidos en el currículo básico son los siguientes:
El Universo y el Sistema Solar: el Sol. Los planetas. El planeta Tierra y la Luna, su satélite. Características. Movimientos y sus consecuencias.
Con este punto de partida, hemos indagado en los currículos de la Comunidad de Madrid, Andalucía, Galicia y Castilla y León y nos hemos encontrado tratamientos muy dispares de estos contenidos, algunos acertados y otros, desde nuestro punto de vista, desafortunados.
El mayor contraste lo encontramos entre el currículo de la Comunidad de Madrid y el de Galicia. En Madrid se organizan los contenidos de la siguiente manera:
En el currículo de Galicia nos encontramos lo siguiente:
Comparando las dos formas de organizar los contenidos encontramos enormes diferencias. En Madrid los contenidos relativos a los cuerpos celestes, a sus movimientos y a las consecuencias de estos movimientos se imparten completamente en los dos primeros cursos de Educación Primaria. Los dos primeros puntos son:
Estos enunciados asumen un punto de vista exterior a la Tierra y no el de un observador terrestre lo cual tiene unas implicaciones pedagógicas muy relevantes.
Más adelante veremos por qué pedagógicamente este enfoque es inadecuado.
En Galicia los contenidos se reparten durante los cursos primero, tercero y quinto. Pero lo que más nos llama la atención es el tratamiento que se hace durante el primer curso, y es que, en contraste con la Comunidad de Madrid, aquí se opta por abordar estos contenidos desde lo inmediatamente observable. Frente a:
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Identifica el Sol como el centro del Sistema Solar.
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Describe los movimientos de la Tierra y de la Luna.
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Conoce los nombres de los planetas y su situación con respecto al Sol.
tenemos:
Los elementos del cielo, sus características y su movimiento como indicador del paso del tiempo. Experimentación del paso del tiempo observando el movimiento del Sol y de la Luna y asociarlo a las diferentes partes del día y de la noche.
En Galicia se invita a observar el cielo y el movimiento del Sol y a relacionarlo con el tiempo cronológico. Como adultos, ya sabemos que en realidad no es el Sol el que se mueve sino la Tierra. Pero la experiencia directa lo que nos muestra es el movimiento del Sol.
La deducción posterior de la posición y el movimiento relativos de la Tierra y el Sol supone un proceso de abstracción imposible de hacer por el estudiante de primer curso.
Por eso nos parece un acierto dejar esta presentación de los contenidos para cursos posteriores.
En el currículo de Castilla y León encontramos los contenidos repartidos entre el primer curso y el quinto. Es de esperar que en el primer año la presentación sea más intuitiva, aunque no se explicita tan claramente como en el currículo gallego. Por último, en Andalucía se ubican estos contenidos en el quinto curso, lo cual nos parece acertado como temporización pero echamos en falta la posibilidad de estudiar estos fenómenos desde la perspectiva del observador terrestre en años anteriores.
LA PRUEBA DE LAS TRES MONTAÑAS
Para explicar cuál es el problema de presentar los contenidos desde un punto de vista exterior a la Tierra, vamos a recurrir a Piaget y a una prueba diseñada por él y sus colaboradores.
El propósito de la prueba era investigar las capacidades de los niños de tener en cuenta “puntos de vista” de otros frente al suyo propio. La prueba consiste en situar al niño frente a una maqueta tridimensional en la que hay tres montañas: una pequeña de color verde con una casa arriba; otra marrón con una iglesia en la cima; una grande de color gris con la cima nevada.
Después se sitúa una muñeca observando la maqueta desde una posición diferente a la del niño. Se pide al niño que coloque una reproducción de las montañas en la posición en que las ve la muñeca.
Los resultados, contados de forma muy simplificada, fueron que los niños de 5-6 años no diferenciaban en absoluto puntos de vista y que la capacidad para hacerlo, llamada descentración, se va desarrollando en los años siguientes y se alcanza a los 9-10 años.
Esto nos lleva a pensar que los niños de primer curso de Educación Primaria no pueden, en general, comprender la visión del Sistema Solar, o de la Tierra moviéndose alrededor del Sol, pues no pueden descentrar su punto de vista de forma tan radical. Por lo tanto, la enseñanza de estos contenidos desde esa perspectiva no puede ser asimilada por ellos de manera significativa.
Lo cual supone una contradicción con el mismo texto del decreto de currículo, en el que se señala, en relación con la metodología didáctica de las Ciencias Naturales y Sociales que:
A SIMPLE VISTA
Por todo esto, nos queda claro que lo más adecuado al comienzo de la etapa de primaria es la observación a simple vista de los movimientos aparentes del Sol en el cielo.
Os invitamos a hacer estas observaciones con niños (hijos, alumnos, sobrinos, …), guiando su atención hacia los aspectos más significativos y promoviendo siempre el establecimiento de relaciones entre esos procesos y otros fenómenos observables de la Naturaleza: luz/oscuridad; frío/calor; estaciones del año; …
Os dejamos el enlace a un documento en el que podréis encontrar un montón de actividades diseñadas para facilitar la observación y la comprensión de los movimientos aparentes de los cuerpos celestes.
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL001431.pdf
Hasta la semana que viene.
Qué maravilla de publicación y de documento. De nuevo, enhorabuena por este magnífico trabajo. Vuestras publicaciones porque merecen ser leídas y compartidas.
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